18 jul 2010

LOS PERAZA

El Conde de Niebla, Grande de España, con notable influencia en diversas Cortes Europeas; ocupado demasiado en las labores de su fuerte condado y ante unas islas a medio ocupar y con poca esperanza, vendió sus derechos en el año de 1420 al sevillano Alfonso de las Casas, Alcalde Mayor de Sevilla, por mil doblas de oro. Alfonso VI de las Casas pues; VI Rey de las Canarias, juró feudo a Juan de Castilla, haciéndose constar en Capitulaciones que se firmaron en Ávila el 25 de Agosto del 1420, con el que compromiso de que fuera Sevilla la que llevara a cabo la definitiva Conquista de las Canarias, de las cuales aún no se había llegado a pisar siquiera las de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.

Durante trece años reinó Alfonso en las Canarias; conquistando varias islas, entre ellas las del Hierro y a su muerte, en el 1433, heredó el Trono Canario su hijo Guillén de las Casas, nacido en Sevilla, que fue el VII Rey de las Canarias. Ya para estas fechas se había creado en la Gomera una Corte; donde el Obispo y el Rey ( Sevillanos ) protagonizaban los mejores acontecimientos oficiales.

Guillén de las Casas casóse con Inés de Bracamonte, sobrina de Béthencourt, y de este matrimonio nacieron Inés y Guillén, siendo Inés la que sucedió a su padre como VIII Monarca.



El señorio de Guillen de las Casas sobre Canarias fue breve y no modifico la conquista ni la administracion. Reconocio sus estados, removio gobernadores y disfruto doce años de su señorio.
Dejo dos hijos, que dividieron el feudo: el varon recibio la isla del Hierro con los derechos de quintos de la Gomera y Palma; y doña Ines, Fuerteventura con los quintos de Gran Canaria y Tenerife. En 1445, Guillen de las Casas, el varon permuto sus islas por ciertas propiedades que su hermana poseia en Sevilla. Asi, Hernan Peraza, marido de doña Ines, quedo dueño del señorio de las islas, con excepcion de Lanzarote que pertenecia a Maciot.
Hernan Peraza el Viego determino visitar su señorio y desembarco en Fuerteventura con su primogenito Guillen Peraza y con algunos frailes franciscanos que deseaban predicar el Evangelio.
Tomo posesion de Fuerteventura y emprendio el reconocimiento de las restants en dos navios con quinientos hombres de guerra. Fondeo en las Isletas. Intento desembarcar. Pero los insulares se lo impidieron, concentrandose enla playa en cantidad extraordinaria. Levo anclas, largo velas y partio en demanda del Hierro, donde tranquilizo a las gentes que andaban levantiscas en demanda de una justicia que negaban los gobernadores. Se traslado a la Gomera; y con dejar algunos franciscanos, ejecuto el primer acto de posesion hecho por los señores de la isla.
Salio hacia La Palma, donde desembarco y quiso conquistarla con sus escasas fuerzas. Presento batalla a los palmeros, que se habian reunido en gran numero y se defendian con sus tocas armas: piedras, troncos y venablos aguzados al fuego. En medio de la lucha, una piedra hirio en la cabeza al joven Guillen Peraza y lo derribo muerto del caballo. Hernan Peraza volvio a la Gomera con el cadaver de su hijo. Años despues, Fr. Juan Abreu Galindo copiaba en su "Conica" unas bellisimas endechas que segun decia, fueron cantadas a raiz de la muerte del doncel malogrado:

¡Llorad las damas-asi Dios os vala!
Guillen Peraza-quedo en La Palma,
La flor marchita-de la su cara.

No eres palma,-eres retama,
Eres cipres-de triste rama,
Eres desdica-desdica mala.

Tus campos rompan-tristes volcanes;
No vean placeres-sino pesares.
Cubran tus flores-los arenales.

¡Guillen Peraza! ¡Guillen Peraza!
¿Do esta tu escudo?-¿Do esta tu lanza?
Todo lo acaba-la maladanza.

Poco después de la muerte del Príncipe de Híspalis, murieron sus progenitores, quedando heredera del trono una hermana de Guillén Peraza, Inés Peraza de las Casas, que andaba educándose en Sevilla, en la casa del Duque de Medina Sidonia, su pariente, y éste, al conocer la muerte de los Reyes Hispánicos Canarios, y que la pequeña Inés había de heredar el Reinado, la casó en cuanto tuvo trece años con otro Caballero Veinticuatro Sevillano, llamado Diego de Herrera.