19 mar 2010

LA VIRGEN DE LOS REYES parte 3 de 4

Por D.Bartolome Garcia del Castillo
Pero el tiempo es cruel, y no obstante las dos fuentes de consuelo: La Virgen de los Reyes y el Garoé, la sequia se presenta continua y asoladora. El Viernes siete de Abril de mil seiscientos doce, un huracan destruye el arbol santo. Tibulae o Tibulaé ya no tiene augua. Las secas ramas del arbol obstruyen las charcas. La Virgen de los Reyes parece se da a los clamores de estos habitantes y mil seiscientos catorce se presenta mas seco y cruel que antecesores. Los campos yermos, no tienen una sola mata de hierba: las pequeñas fuentes de Mequena, Anton Fernandez, Tincos y Mancáfete no manan una gota del necesario liquido.
Los ganados mueren estenuados por el hambre y ante tamaños males, viendo ya los herreños que ya nada podia salvarlos, los pastores confiados de su buena fe, acuerdan que una comision de ellos viniera a la antigua "Jamoco", Valverde hoy, a suplicar a las autoridades trajesen en romeria a la Virgen, por si se dignaba socorrerles, pero aquellas autoridades desconfiadas del milagro y creyendo luego fueran un desprestigio para la propia imagen, negaronse a ello; retornan los pastores de la comision y ante sus compañeros reproducen tal negativa, a la indignacion natural, sigue la reflexion; y puestos de acuerdo aquella noche, marchan ocho pastores de incognito a la Dehesa, derriban la puerta del templo, toman la sagrada imagen en hombros y serian las dos horas del veintisiete de Marzo.
Unos ligeros golpecitos en la puerta, advierten al Parroco que alguien le necesita y una voz, que no conoce, le dice ¡Padre! ¡Padre!, "En cuevas de Lemus hay una prenda que debe Vd. recoger enseguida".
Cual no seria la sorpresa de este Beneficiado, cuando llegado que al indicado sitio se encuentra alli, sola, a la Virgen de los Reyes, retorna presuroso, llama a las demas autoridades, ante lo insolito del caso, tocan a rebato las campanas y enterado el pueblo Valverdense, conducen a la Virgen al templo.
Pero apenas bajaban todos por "El Puente" rezando el santo Rosario, vieron una nubecita que del mar se levantaba y cada vez mas negra e intensa iba cubriendo la isla; y aun asi no habian entrado en la iglesia, lectores, ya las calles iban de bote en bote. La lluvia era torrencial y los campos todos, pocos dias despues, aparecian cubiertos de hierba y flores ¿Fue milagro? ¿Fue casualidad?..... 
Los herreños todos vieron en este hecho un favor mas de su divina Madre, la Virgen de los Reyes. 
Escenas como la relatada, se repiten de periodo en periodo, mas o menos largos y traerla en años de sequia buscando el remedio, se hace cada vez mas frecuente.
Continuar con la cuarta parte