20 abr 2010

LA FAUNA EN EL HIERRO 2


La principal fauna en las cumbres de Sabinosa en el lugar conocido por Mencafete, declarada como Zona de Especial Protección para las Aves –ZEPA– , dentro de un área mucho mayor, supone un importante refugio natural para muchas aves que tienen presencia en la isla, algunas exclusivas del bosque de laurisilva, debido, entre otras razones, a la presencia de agua a lo largo de casi todo el año.

Entre las aves rapaces son frecuentes el aguililla (Buteo buteo insularum) y el cernícalo (Falco tinnunculus canariensis), siendo más raros el gavilán común (Accipiter nisus granti) y la lechuza (Tyto alba alba). Las ramas de los árboles permiten observar en su interior el revoloteo del reyezuelo (Regulus regulus teneriffae), el herrerillo (Parus caeruleus ombriosus), el pinzón común (Fringilla coelebs ombriosa), el capirote (Sylvia atricapilla) y el petirrojo (Erithacus rubecula microrhynchus). En el sotobosque, utilizando su plumaje como disfraz, la chocha perdiz (Scolopax rusticola rusticola) utiliza sus artes del camuflaje. Dos palomas endémicas, la paloma turqué (Columba bollii) y la paloma rabiche (Columba junoniae), sometidas a un plan especial de protección, tienen en la reserva su último refugio herreño. 

De los mamíferos, el murciélago orejudo (Plecotus teneriffae), asiduo de cavidades volcánicas, y el murciélago de Madeira (Pipistrellus maderensis), son los únicos elementos autóctonos presentes en la zona. Los elementos introducidos se completan con el conejo (Oryctolagus cuniculus), el ratón (Mus musculus), la rata (Rattus rattus) y el gato asilvestrado (Felis catus), siendo los dos últimos depredadores comprobados de las palomas del monteverde.

En el caso de los reptiles, la temperatura y humedad de la zona van a limitar la distribución de los mismos. Tan sólo la lisa (Chalcides viridanus coeruleopunctatus) presenta una distribución puntual en la zona, refugiándose bajo piedras. El lagarto tizón (Gallotia caesaris caesaris) y el perenquén (Tarentola boettgeri hierrensis) pueden aparecer de forma aislada aunque en bajo número y en las zonas limítrofes más degradadas y ocupadas por el hombre.